Videocreación net.art
Técnica: programación, vídeo, net.art
Dimensiones: 65 x 160 cm
Velocidad y duración variables
Palabras clave: Variabilidad, Modularidad, Autogeneración, Estructura en red.
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2009
Boca en la red es una videocreación net art. El trabajo consiste en la proyección de una boca femenina que sonríe y danza en un movimiento fluctuante. La escena está fragmentada en siete partes y cada una de ellas se mueve independientemente.
Al observar la obra detenidamente, el espectador puede darse cuenta de cuál es la melodía que hace bailar a la pieza. Los fragmentos están dispersados por la red y la videoproyección se está generando en tiempo real a medida que le llegan los datos a través de internet haciendo visible el pulso sanguíneo de la red.
Boca en la red se sirve de la dificultad de internet para transmitir información a tiempo real, utiliza esta carencia como elemento de construcción. Cada uno de los fragmentos están alojado en un hosting distinto, diferentes emplazamientos físicos (ubicaciones geográficas de los servidores) y virtuales (direcciones URL en internet) que son recompuestos por la videoproyección como una unidad sobre siete bastidores de tela que ejercen de pantalla. La reproducción de cada una de estas secuencias depende de la descarga de sus fotogramas, y por lo tanto de la velocidad de transferencia del hosting donde está alojado, teniendo cada fragmento una velocidad distinta y variable.
La obra muestra el medio como una entidad viva dependiente de la oxigenación digital que supone el flujo de datos a través de la red.
Emplea las cualidades intrínsecas del medio en vez de emular otros soportes como el vídeo o el cine y el resultado es una obra en constante movimiento que nunca muestra la misma sonrisa.
Resulta legítima en la creación artística, la búsqueda de nuevos planteamientos estéticos y formales que aporten consciencia sobre la cambiante contemporaneidad tecnológica en la que nos vemos sumergidos a nivel creativo. Estas nuevas construcciones están en relación inevitable con el lenguaje y la arquitectura en que se desarrollan, pudiéndose concebir como una unidad la forma y el medio que lo sustenta. Trasladar planteamientos estéticos originarios de otros medios a internet es inadecuado y poco fructífero desde un punto de vista artístico. La linealidad del cine o la reproducción de copias iguales en la fotografía, difícilmente pueden servir para hablar de la variabilidad y la transcodificación propia de los nuevos medios.
La posibilidad de crear constantemente una pieza distinta mediante el empleo de la estructura de internet supone trabajar con una estética, un lenguaje y una poética propia.
Boca en la red es el resultado de un sistema de vÍdeo a través de internet imposible de traducir a otro lenguaje debido a que no sólo hace visible el medio sino que lo utiliza en su discurso. Esta idea de “no transparencia del medio” junto con la mímesis que plantea la obra entre internet y los organismos vivos, como estructuras dependientes de una oxigenación biológica o digital, son los auténticos generadores estéticos y conceptuales de una pieza que pretende hacer del medio una poesÍa visual.
Boca en la red se muestra como una animación visual pensada para exhibirse a través de una proyección sobre siete pantallas de tela. Un ordenador conectado a internet recoge la señal y la manda al proyector para que Éste la reproduzca. Las pantallas están construidas con listones de madera y tela de algodón, midiendo en su conjunto 160 x 65 cm. Su colocación en la sala no necesita de un cuarto oscuro siempre y cuando el proyector empleado tenga la suficiente luminosidad y contraste.
Siete hospedajes en diferentes hostings sustentan los fragmentos o módulos que componen la obra. Cada módulo está compuesto por una cadena de 358 fotogramas en repetición constante con la peculiaridad de que cada vez que se vuelve a cargar, el archivo cambia de nombre impidiendo que el ordenador lo almacene en la memoria de caché. Este modo de reproducción hace que cada uno de los siete módulos se alimente directamente de internet, creando líneas de tiempo independientes y relativas a la velocidad de transmisión de su hosting.
La obra está alojada en internet. Cada módulo se encuentra colocado en un sitio distinto de la red por lo que se necesita de un programa reconstructor que haga la llamada a los siete hostings, colocando cada parte en su sitio correspondiente hasta recomponer la obra como una pieza completa. El programa que hace esta acción se comporta a modo de llave, haciendo la llamada a las diferentes direcciones de internet y pasando la señal a un proyector digital que reproduce la secuencia variable sobre las siete pantallas.
Varios servidores situados en ubicaciones geográficas distintas, responden a la llamada de “Boca en la red” transmitiendo las imágenes de una en una dependiendo de la velocidad de transferencia de la red. La ilusión de movimiento se produce a través de la reproducción continuada de las cadenas de fotogramas que se ejecutan de modo independiente. Se trata de un sistema de animación visual generado por medio de la propia estructura de internet.
nestorlizalde@gmail.com
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© 2024
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