
Instalación
Escultura electrónica y audiovisuales
Dimensiones: 585 x 174 x 20 cm + pantallas
Peso: 405Kg distribuidos en tres anclajes
Técnica: Aluminio, metacrilato, audiovisuales, programación, diseño electrónico, fabricación digital
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2019

El Pasajero es una instalación inmersiva que sumerge al visitante en un estado de realidad alterada. Mediante el diálogo entre un dispositivo electrónico de gran formato y un sistema audiovisual compuesto por tres retroproyecciones, la obra despliega un imaginario que muestra el tránsito entre los diferentes estados de la materia, intervenidos por la transmutación de la energía en forma de luz. A través de elementos tecnológicos dispuestos como una gran matriz, la estructura se presenta como un dispositivo ritual que evoca a un tiempo primitivo. Circuitos electrónicos excitan el gas contenido en cientos de lámparas, invocando el fuego eléctrico. Océanos y rocas ralentizan la consciencia en el sueño de la larga noche. El Pasajero abre una grieta que invita al espectador a dejarse llevar por el misterio de la materia y el tiempo.
Con sus 6 metros de ancho por 2 metros de alto, la instalación se conforma como un trabajo de gran formato suspendido en el espacio expositivo, desde donde genera juegos lumínicos a través de sus 400 lámparas de gas, las cuales reaccionan a diferentes comportamientos relacionados con la generación del sonido y las formas visuales, así como secuencias programadas mediante algoritmos variables. Su potencia lumínica, atrapada en el interior de sus nueve módulos semitransparentes, irradia tanto por su frontal como por su parte trasera una luz fría orgánica que genera un zumbido sordo cuando las partículas de gas contenidas en su interior son excitadas mediante impulsos de alto voltaje. A medida que la luz crece, pueden verse a través de sus paredes acrílicas los componentes que dan vida al sistema: diseño electrónico, circuitos integrados, cientos de metros de cables, impresión 3D, metacrilato y una estructura de aluminio negro que dan cuerpo a este golem sintético. Tres pantallas de retroproyección expanden este cuerpo electrónico mostrando formas de vídeo. Un océano de agua negra se agita lentamente sobre sí mismo, unificando la materia en la oscuridad de sus profundidades. Negras piedras flotan ingrávidas, cristalizando al colapsar en su forma sólida. Agua y piedras se suceden, construyendo un discurso metafísico a través de la propia plasticidad de las imágenes y los juegos lumínicos desarrollados por el cuerpo electrónico de la instalación.













nestorlizalde@gmail.com
+34 659 751 761
© 2024
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